El cine que trajo la crisisTENTACIONES, EL PAÍS
Alejandro Romero
Es precisamente, esa “otra cosa” la que interesa a Ilán Serruya (Santa Fe, 1988). Para este director argentino crecido en Sevilla, la propia palabra cine se está quedando obsoleta. Para Serruya no existe una barrera entre su vida personal y la creación artística. En sus películas usa procesos del cine autobiográfico, usando material de archivo o rodando con familiares. Su primera película larga, Reunión (que aún no se ha estrenado), trata sobre un encuentro con su padre en la isla de Reunión en la que los silencios son lo que da estructura a la película. El mediometraje que ahora estrena Serruya se titula ¿Para qué sirve un zeide? y usa películas caseras hechas en su infancia para reflexionar sobre la memoria y la nostalgia.
En cuanto al futuro, Serruya afirma, rotundo, cuál es el camino a seguir para el cine experimental. “Creo que es hora de ahondar en el quiebre que se está dando entre el cine clásico y el de vanguardia. Debemos crear un medio que aúne arte, audiovisual y pensamiento. Sobre todo pensamiento”.
Curriculum Vitae:
ILANSERRUYA_CV.PDF